A quién madruga, Dios le ayuda.

Serie: escritura para mejorar mi español

Nyx
3 min readJan 21, 2024
Photo de Nyx Robey hecha en San Francisco, 2017

Soy una persona que siempre madruga. Me gusta el amanecer y estar en la quietud de la mañana. Desafortunadamente (por contraposición), me temo decirte, queridos lectores, que este refrán no es verdad. No hay ninguna intervención celestial.

Es verdad que sí, hay ventajas de madrugar. Hay gente que tiene un reloj biológico siempre sincronizado con el amanecer. Para esta gente, madrugar se traduce en la fortuna de estar enfocada, enérgica y aliviada. Como soy uno de ellos, te puedo decir que me encanta el silencio. Acabo el trabajo más rápido sin interrupciones o llamadas. El calor del café y la calefacción durante el invierno suavizan el choque de escapar de la cama caliente y me invitan a trabajar. Tengo la cabeza despejada sin la charla del día, sin los pensamientos de otros, sin los efectos de las comidas grandes, y con un toque de cafeína.

Me parece un buen secreto guardado solo para aquellos que se levantan al alba. Disfrutamos de los colores y el brillo del amanecer: las manchas de color rosa que están pintadas sobre un fondo azul morado. Normalmente, durante el día, las nubes están bastante estáticas. En la mañana están cambiando paradójicamente con una lentitud acelerada : los colores se mueven cada minuto en el gradiente (la franja) entre azul oscuro, tonos morados, magentas, rojos, dorado y al final un azul celeste aciano. Me intriga cómo el frío regresa, y con el frío, la oscuridad de la noche, sus horrores y misterios, desaparecen como los bichos y ratones nocturnos que corren a algún refugio en el suelo. La niebla de la noche siempre va más lenta, como nuestros amigos que tienen el reloj biológico de medio día. Se va andando de puntillas como una manta mientras el horizonte revela el sol subiendo y expandiéndose como un gas que no puede estar contenido.

Pero aquí acaban las ventajas. El refrán implica que Dios me protegería ese tiempo sagrado. Pensaría que tendría esa calma y protección guardada por ser lo más productiva que pueda ser. Pero Dios no me protege de las llamadas laborales a las 6 de la mañana, ni los pings, ni las videollamadas que tienen que pasar con mi fondo oscuro. Por lo menos, Dios me daría mejor luz que la artificial que tengo para así iluminarme. O me daría mejor salud para mantener una cara descansada sin ojeras.

Hablando de la salud, además del trabajo,me sentiría lista para correr 30 minutos a las 5 y media. Estaría lista para guardarme un poco de tiempo para mí misma en lugar de trabajar inmediatamente. Me aseguraría que podría ducharme, secarme el pelo y desayunar bien en la mesa.

Aunque me gusta levantarme más enérgica, despertarme con el sol y ver el amanecer sobre la playa. Dios no me ayuda cuando madrugo con el trabajo. Querido lector, cómo te he dicho, con una pena enorme, ese refrán no es válido.

--

--

Nyx
Nyx

Written by Nyx

Psychology | Data Science & Viz | Social Justice | Spanish

No responses yet